DUCHARSE AL AIRE LIBRE, EN MEDIO DE LA CIUDAD Y SIN QUE TE VEAN
Por: Ana Martinez Nebot | 05 de abril de 2013
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¿Por qué los baños, en las ciudades, se conciben como habitáculos estancos y sin conexión con la naturaleza? ¿Por qué escatimar el exterior a los espacios que propician el diálogo con nosotros mismos? Para que lo íntimo no se vuelva ni autista ni aciago, dos jóvenes proyectistas: Elodie Grammont (1.977) y Miguel Ángel Borrás (1.976), desde Miel Arquitectos, exploran cómo abrir con sutileza estos reductos privados a la vida y al paisaje (aunque éste sea urbano). “Necesitamos mucho más que aire. Hay que propiciar la magia al repensar los interiores”, argumentan. En este caso, aprovechando que era un ático, han conectado la parte noble del baño (la ducha y el lavabo) con la cubierta para disfrutar de la luz natural, la vegetación exterior y hasta la lluvia. El inodoro está aislado e insonorizado. video
Cuenta con un recinto propio (ver plano, al final).
Con un patio de ventilación cálido, verde y accesible desde la ducha, los arquitectos han convertido una cabina de baño estándar en un micro oasis.Mientras los propietarios se bañan, pueden escuchar y tocar la lluvia, olisquear el follaje que desciende de la cubierta o deleitarse con el gorjeo de los pájaros. Y así, un cuarto de baño de tantos (interior, diminuto y aséptico) deviene un ambiente especial que se abre y se cierra al exterior a voluntad. “El truco, explican desde Miel Arquitectos, es una puerta de vidrio. Un cerramiento estanco tipo climalit de la misma amplitud y altura que la cabina conecta, a voluntad, la ducha (0,90×1,20m) con el nuevo patio de ventilación(de 0,45 m de profundidad y 0,90 m de ancho)”. “Cuando abres la puerta de acceso al patio, asegura Borrás, puedes seguir duchándote con normalidad porque las griferías están dispuestas para no interrumpir la conexión dentro-fuera. Y si sales cuando llueve disfrutas de una ducha al aire libre. Contactas con la naturaleza en plena ciudad, pero de forma completamente segura. Nadie te ve”. Pero hay mucho más que esto. “El patio proporciona un foco de luz en medio de la vivienda. Es una lámpara cenital natural”, infiere Grammont. Los materiales refuerzan la calidez del patio. Al forrarse con madera (procedente de un bosque sostenible), el espacio de ventilación natural se transforma en una maceta gigantesca que llega hasta la cubierta (ahora transitable), y desde la que desciende la enredadera natural que verdea el lugar. “Es una ducha privada, pero que se relaciona con complicidad con su entorno exterior. Es una ampliación, o transgresión, de la intimidad”.
Elodie Grammont y Miguel Ángel Borrás no son japoneses. Ella nació en Dax (Francia). Él, en Palma de Mallorca. Y ambos viven y ejercen en Barcelona. Desde Miel Arquitectos, sin embargo, ejecutan todo tipo de piruetas arquitectónicas para que los baños urbanos miren y abracen el paisaje. Como los orientales, conciben estas estancias como lugares íntimos y apartados, “ambientes protegidos”, dice Borrás, “pero en contacto con el exterior”. El ensayista Junichiro Tanizaki (1.886-1965), en su sugestivo y delicado libro “El elogio de la sombra”, explica muy bien esta paradoja de ‘lo abierto en lo cerrado’, presente en los rincones de higiene japoneses. Concebidos para la paz del espíritu, están, en palabras de Tanizaki, “emplazados al abrigo de un bosquecillo, desde donde llega un olor a verdor y a musgo”, “desde donde contemplar el azul del cielo y el verdor del follaje” y “desde donde oír el canto de los insectos”. Este baño disfruta un poco de todo eso. Sin tener un solo motivo nipón, es una estancia japonesa. “La casa occidental busca la ventilación. La casa japonesa, en cambio, una jerarquía de intimidades”, sostiene Borrás.
Este cuarto de baño puede ser uno y muchos. “Modificando los planos de intimidad, aseguran desde Miel Arquitectos, conformas espacios nuevos”. Con un simple juego de tres puertas correderas, esta estancia disfruta de un uso múltiple y escalonado en el tiempo. “Con las puertas, hemos roto el cuarto de baño en trocitos. Y aunque parece que al dividirlo se vuelve más pequeño, en realidad lo que logras es adaptarlo a diferentes usos”, concluyen los arquitectos. De un baño, surgen tres:
Opción 1.Baño tipo suite. Al llegar la noche, el baño forma parte del dormitorio. Se aísla del resto de la casa, para conformar una suite.
Opción 2.Baño de cortesía.Cuando llegan invitados, el baño se abre a la zona pública de la vivienda (salón, cocina y comedor). Las puertas privatizan el dormitorio.
Opción 3. Baño-loft. Para que los metros crezcan, el baño se funde en la casa. Las puertas se escamotean. Sólo queda el tabique (una ‘L’) que protege el baño.